La alopecia areata (AA) es una enfermedad relativamente común en la cual las personas pierden el cabello en forma circular, dejando parches completamente calvos y lisos, sin síntomas o inflamación, especialmente en el cuero cabelludo.
En
ocasiones, la enfermedad puede afectar otras áreas como el área de la
barba de los varones, como en la foto, o en algún otras parte del cuerpo. En casos raros
puede afectar grandes áreas del cuero cabelludo. Dichos pacientes pueden llegar a perder todo el pelo de la cabeza, incluidas las cejas y las pestañas. A esta presentación le llamamos Alopecia totalis. Todavía más raro, ha habido caso donde se pierde todo el cabello y el vello del cuerpo, lo que se conoce como Alopecia universalis.
Hay bastante evidencia científica que demuestra que esta enfermedad es un desorden autoinmune, es decir, donde el cuerpo se ataca a sí mismo causándole daño a los folículos del cabello. A menudo, puede haber historia de otras enfermedades autoinmunes en la familia.
Hay bastante evidencia científica que demuestra que esta enfermedad es un desorden autoinmune, es decir, donde el cuerpo se ataca a sí mismo causándole daño a los folículos del cabello. A menudo, puede haber historia de otras enfermedades autoinmunes en la familia.
Algunas de las más conocidas son:
Tiroiditis de Hashimoto
Lupus eritematoso sistémico
Vitíligo
Artritis reumatoide
Otras
En
ocasiones, un mismo paciente puede presentar más de una de estas
enfermedades. La herencia puede venir tanto del padre como de la madre.
El tratamiento más común para este desorden consiste en la aplicación de cremas o lociones de cortisona, las cuales, en ocasiones, se inyectan con un aguja muy fina debajo de la piel, en el parche que ha perdido pelo. Este proceso se repite periódicamente cada varias semanas hasta que el cabello empiece a crecer.
La respuesta y el pronóstico general de la enfermedad va a variar un poco dependiendo de cada persona y dependiendo de la severidad de la enfermedad. Con frecuencia, aunque haya mejoría, estos episodios de pérdida de cabello localizada pueden repetirse cada cierto tiempo, a menudo provocados por factores como el estrés.
En los pasada década se le ha prestado mucha atención a determinar
el nivel adecuado de la vitamina D en la sangre. Se piensa que el nivel
de vitamina D debe ser más alto del que se recomendaba previamente y
por ende, muchas personas, a la luz de estos nuevos valores, se encuentran
deficientes de vitamina D. Esta vitamina, en palabras sencillas, ayuda
al metabolismo de los huesos para mantenernos sanos. De esa
manera, se evita la osteoporosis o desmineralización de los huesos, lo que puede ocasionar fracturas, especialmente en los mayores.
Entre los muchos otros atributos para los que se le ha estudiado, se piensa que la vitamina D puede también ayudar a mantener un sistema inmunológico saludable. Hay algunos estudios que sugieren que puede evitar la aparición de algunos cánceres. Por su asociación al sistema inmune, diversos investigadores han estado midiendo los niveles de vitamina D en pacientes de alopecia areata y se ha encontrado que la misma se encuentra generalmente disminuida en dichos pacientes, comparados con la población normal.
Todavía no está claro si hay una relación de causa y efecto es decir, si es que el nivel bajo de vitamina D desencadena el episodio de pérdida de cabello o si es que el estado general del paciente, con un sistema inmunológico debilitado o defectuoso, hace que los niveles de vitamina D se encuentren bajos. Al presente no hay un consenso de que la alopecia areata se deba tratar con suplementos de vitamina D, pero sí hace sentido evaluar el nivel de la vitamina D en estos pacientes y si está disminuido, tomar las medias necesarias para que dichos niveles vuelvan a su normalidad.
La vitamina D es una de las vitaminas liposolubles, es decir, que se disuelve en la grasa y se tiende a acumular en el cuerpo. Por ende, no podemos ingerir cantidades muy grandes de la misma sin que haya alguna supervisión médica o se mida periódicamente los niveles sanguíneos. Las cantidades necesarias para suplementar y corregir una deficiencia significativa generalmente son muy difíciles de obtener mediante la dieta o con exposición al sol, con lo cual los dermatólogos no estamos de acuerdo, por los riesgos de cáncer de la piel. La mejor manera de suplementarla es ingerirla oralmente, habitualmente de vitamina D3, que es la que mejor se asimila.
Si padeces o has padecido de Alopecia areata en alguna de sus presentaciones, discute con tu médico si es aconsejable medirte o suplementar los niveles de vitamina D, aun cuando todavía no está del todo claro su rol en la enfermedad. La dosis dependerá de la severidad de la deficiencia.
Entre los muchos otros atributos para los que se le ha estudiado, se piensa que la vitamina D puede también ayudar a mantener un sistema inmunológico saludable. Hay algunos estudios que sugieren que puede evitar la aparición de algunos cánceres. Por su asociación al sistema inmune, diversos investigadores han estado midiendo los niveles de vitamina D en pacientes de alopecia areata y se ha encontrado que la misma se encuentra generalmente disminuida en dichos pacientes, comparados con la población normal.
Todavía no está claro si hay una relación de causa y efecto es decir, si es que el nivel bajo de vitamina D desencadena el episodio de pérdida de cabello o si es que el estado general del paciente, con un sistema inmunológico debilitado o defectuoso, hace que los niveles de vitamina D se encuentren bajos. Al presente no hay un consenso de que la alopecia areata se deba tratar con suplementos de vitamina D, pero sí hace sentido evaluar el nivel de la vitamina D en estos pacientes y si está disminuido, tomar las medias necesarias para que dichos niveles vuelvan a su normalidad.
La vitamina D es una de las vitaminas liposolubles, es decir, que se disuelve en la grasa y se tiende a acumular en el cuerpo. Por ende, no podemos ingerir cantidades muy grandes de la misma sin que haya alguna supervisión médica o se mida periódicamente los niveles sanguíneos. Las cantidades necesarias para suplementar y corregir una deficiencia significativa generalmente son muy difíciles de obtener mediante la dieta o con exposición al sol, con lo cual los dermatólogos no estamos de acuerdo, por los riesgos de cáncer de la piel. La mejor manera de suplementarla es ingerirla oralmente, habitualmente de vitamina D3, que es la que mejor se asimila.
Si padeces o has padecido de Alopecia areata en alguna de sus presentaciones, discute con tu médico si es aconsejable medirte o suplementar los niveles de vitamina D, aun cuando todavía no está del todo claro su rol en la enfermedad. La dosis dependerá de la severidad de la deficiencia.
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