Nuestra piel posee una infinidad de receptores que nos permiten percibir minúsculos y sutiles cambios en nuestro medio ambiente. Percibimos dolor, tacto, presión, calor, frío, vibración y tal parece ahora, aromas. Desde tiempos inmemorables se hablaba de como diversos aromas podían influenciar nuestro estado anímico. Ya en 1937, el químico francés Rene Gattefosse, acuñó el término aromaterapia. Sin embargo, siempre pensamos que dichos aromas entran exclusivamente por la nariz. Esta tiene unos 350 tipos de receptores para diversos olores.
Sin embargo, en un estudio reciente de laboratorio, con queratinocitos (las células principales que componen la epidermis), se observó como estas células eran capaces de multiplicarse y migrar bajo el efecto de aroma de sándalo, un componente frecuente en perfumes y aceites esenciales. Los queratinocitos poseen un receptor capaz de responder directamente al sándalo, sin que medie la nariz.
Estos fisiólogos e investigadores de la Universidad Rohr, de Bochum, Alemania, se disponen a hacer más estudios con otras fragancias para ver qué efectos adicionales pudieran tener otras fragancias y para cuáles de estas tenemos receptores en la piel.
Muchos aceites
esenciales, se aplican sobre la piel durante masajes, aunque los
puristas adviertes que esto no es verdadera aromaterapia, ya que esta se asocia
más a inhalar dichas fragancias. En general, lo que se busca con la aromaterapia es mejorar el estrés, lograr relajamiento, corregir insomnio y depresión, aliviar tensión o dolor muscular o premenstrual, mejorar el estado anímico y la calidad de vida, en general.
Entre las fragancias más populares se encuentran: vainilla, lavanda, canela, limón, camomila, eucalipto, manzanilla, bergamota, pachulí, rosa, salvia y sándalo, entre muchos otros.
Lamentablemente, al presente, no hay una evidencia científica clara de cuáles enfermedades podrían mejorarse con fragancias específicas. Será ciertamente interesante si este y otros estudios podrán en el futuro permitir utilizar o recomendar fragancias específicas para acelerar o mejorar la cicatrización de la piel o aliviar reacciones alérgicas u otras afecciones cutáneas.
Puedes leer más de los orígenes antiquísimos de la aromaterapia y sus múltiples usos como terapia complementaria en este enlace de la Sociedad Americana del Cáncer: Aromatherapy.
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