Muchas personas que tienen una piel sensible recurren a utilizar productos hipoalergénicos con la esperanza que dichos productos sean mejores, más suaves, mejor tolerados y con menos riesgo de provocar alergia. Desgraciadamente, no existe un producto de cuidado personal de la piel que sea realmente libre de peligro de producir irritación o alergia. No existe tampoco una definición clara o regulada por ninguna agencia federal que defina con exactitud qué producto puede ser rotulado como «hipoalergénico».
De hecho, la mayoría de los productos llamados hipoalergénicos están hechos con los mismos ingredientes que están contenidos en muchos otros productos regulares. En algunos casos, un producto hipoalergénico alega esta cualidad meramente porque carece de fragancia o perfume. Se sabe que, estadísticamente, una de las causas más frecuentes de alergia asociadas a productos de aseo o cuidado personal es la fragancia. En este sentido, el utilizar un producto libre de fragancia tendría un menor riesgo de provocar alergia pero la fragancia es solamente una de múltiples substancias que pueden provocar dermatitis alérgica de contacto.
Más aún, algunos productos rotulados «unscented» pueden contener fragancia porque este término, un tanto ambiguo, lo que quiere decir es que no huele o no tiene mayor olor. Si quieres evitar por completo la fragancia entonces asegúrate que escojas aquellos que indican ser «fragrance-free» o libres de fragancia.
Los cosméticos generalmente contienen además preservativos, colorantes artificiales y otros químicos estabilizadores que pueden provocar tanto alergia como irritación. Ambos términos son totalmente diferentes ya que una alergia es algo que solamente le ocurre a una de tal vez cientos de personas, mientras que una irritación es generalmente provocada por químicos que a muchas personas les tienden a irritar la piel. Para entender mejor la diferencia entre estos dos términos, accede mi artículo: «Dermatitis de contacto: Alergia o irritación».
Otro de estos términos utilizados en la industria y que a menudo dan un falso sentido de confianza es indicar que un producto está «aprobado por dermatólogos» o «probado por dermatólogos». En muchos casos, son tal vez recomendados por algún dermatólogo en particular pero esto no representa necesariamente el sentir o la opinión de las organizaciones profesionales que nos representan.
Por otro lado, tendemos a pensar que aquellos productos que son naturales u orgánicos son más saludables y que no pueden causar reacciones adversas. La realidad es que muchos de estos productos naturales o botánicos han sido relativamente poco estudiados por la comunidad médica y no están exentos de poder producir reacciones alérgicas ocasionales.
En general, aquellos productos que contienen menos ingredientes suelen ser más simples y tienen menos riesgo de causar alergia. Los productos que son en forma de ungüento suelen también ser menos probables de causar alergia ya que contienen pocos ingredientes.
La mejor recomendación es que, si eres una persona que ha tenido reacciones alérgicas a diversos productos de aseo personal, consultes a tu dermatólogo(a) pues éste(a) puede hacer o enviar a hacer pruebas de alergia con diversos ingredientes comunes en la industria. Estas pruebas, llamadas pruebas de parche o «patch testing» pueden dar una idea razonable de cuál o cuáles de tus productos de aseo personal parecen ser los culpables. Si se logra identificar la substancia o substancias específicas que provocan tu alergia entonces uno puede leer cautelosamente la lista de ingredientes de un determinado producto con el fin de evitar aquellos que contienen dicho ingrediente o alérgeno.
Si no te has hecho las pruebas y te consideras una persona con piel sensible, procura mantenerte utilizando aquellos productos que hasta ahora no parecen provocarte problemas. Evita estar cambiando de marcas frecuentemente. Si decides probar un producto nuevo, entonces pruébalo aplicando una cantidad pequeña en la parte interna de tu antebrazo por varios días. Si no parece provocar ninguna reacción adversa, entonces utilízalo en mayor escala en la cara o en el área para el cual el producto esté indicado. Evita además comenzar varios nuevos productos a la vez pues entonces, si tienes una reacción adversa, se hace más difícil determinar cuál producto la está provocando.
En resumen, el término hipoalergénico tiene muy poco sentido y se usa muy liberalmente como un gancho de mercadeo. Tu mejor alternativa es siempre consultar al dermatólogo de tu confianza para que te evalúe y te ayude a determinar qué productos son recomendables para tu tipo de piel o si eres realmente alérgico(a), entonces se lleven a cabo las pruebas necesarias para tratar de determinar el origen de tu alergia.
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