El virus de papiloma humano o VPH es el causante de la mayoría de los cánceres del área anogenital, especialmente ciertos tipos de este virus como el tipo 16 y 18. Estos, en conjunto, son responsables del 70% de los cánceres cervicales (cuello uterino o cerviz), uno de los cánceres más comunes de la mujer, especialmente en países en desarrollo, donde no hay programas de cernimiento de Papanicolaou. Además, estos tipos más peligrosos del VPH causan una cantidad enorme de lesiones precancerosas en la cerviz, vagina, vulva y ano.
¿La buena noticia? Desde hace unos siete años se viene usando una vacuna cuadrivalente, es decir, que provee protección contra cuatro de los tipos principales y más comunes del VPH: 16, 18, 6 y 11. Estos últimos dos son los responsables del 90% de las verrugas genitales. Dicha vacuna se le administra a personas de ambos sexos de 9 a 26 años en tres dosis.
¿La mala noticia? Diversos factores, entre ellos costo y cobertura de seguro médico (especialmente en su comienzo) han hecho que en Puerto Rico, aproximadamente solo un 20% de las personas en dichas edades han completado sus tres dosis, como es recomendado. Algunos(as) comienzan y luego se olvidan o no pueden pagar las dosis adicionales o simplemente creen que como no continuaron, tendrían que volver a empezar el proceso completo. Lo correcto no es volver a empezar sino continuar las dosis restantes tan pronto como sea posible.
Lo interesante es que un artículo médico, recién publicado en el JAMA, proveniente de Canadá, comparó el uso de dos dosis en vez de tres, en niñas y mujeres jóvenes, con relación a la producción de anticuerpos al VPH. El estudio no encontró diferencia significativa en los niveles de anticuerpos entre ambos grupos contra los tipos 16 y 18. No queda claro aún si esto se traducirá en igual protección a largo plazo o si se podrá con el tiempo y mejores estudios cambiar la estrategia de vacunación. El autor no está recomendando que se cambie la política actual.
El mensaje importante, desde mi punto de vista, es que es mejor recibir una que ninguna. Aun si no se lograra cumplir con el protocolo establecido, un poco de inmunidad es mejor que cero. Al presente la mayor parte de los seguros cubre cada una de las dos vacunas comerciales disponibles, dentro de ciertos límites de edad. No hay razones de peso para no aprovechar una oportunidad valiosa de prevención.
Consulta con tu dermatólogo, médico primario o el(la) pediatra de tus hijos(as) cómo y dónde puedes vacunarte. Puedes leer más del tema de VPH y sus alternativas de vacunación en mi artículo: Las verrugas genitales y el cáncer anogenital.
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