sidebar Clínica Dermatológica - Dr. Edgardo Rodríguez Vallecillo: Cuidado de las quemaduras de la piel

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lunes, 25 de noviembre de 2013

Cuidado de las quemaduras de la piel

quemaduras por cocinar
Acción de Gracias y Navidad son épocas del año donde se suele cocinar más en casa y con la familia. Por más precauciones que tomemos siempre pueden ocurrir accidentes lamentables, precisamente cuando la mayoría de los dermatólogos y médicos en Puerto Rico no están trabajando. Las quemaduras en la cocina son frecuentes, ya sea destapando ollas, con la parrilla del horno, vertiendo el contenido de las cacerolas o friendo, por mencionar sólo algunas. Aprende cómo manejar estas quemaduras de la piel en el hogar y tal vez evites una visita al hospital.

Las quemaduras las clasificamos en grados:

  • Primero - La piel se torna roja e inflamada pero no hay ampollas. Hay dolor.

  • Segundo - Se forman ampollas además del enrojecimiento. Dolor más severo.

  • Tercer - Se quema toda la piel incluyendo los nervios. Hay menos dolor pero mucho mas daño. Suelen requerir trasplante de piel y manejo más especializado.


En este caso, las recomendaciones que proveo van dirigidas a quemaduras superficiales de primero y segundo grado. Primeramente, es importante entender que mientras más caliente esté la fuente de la quemadura, más profunda será la misma y más urgente el manejo inmediato para minimizar el daño. Mientras más grande sea el área afectada, mayor será el dolor y el riesgo de complicaciones como infecciones. Mientras más profunda sea la quemadura, mayor será el riesgo de cicatrices, cambios temporales o permanentes de la pigmentación de la piel o alguna pérdida de función por elasticidad reducida.

Las quemaduras de agua o café calientes suelen ser menos graves que aquellas producidas por vapor de agua o por aceite hirviendo. Igualmente aquellas producidas por substancias pegajosas como azúcar caramelizada son más severas pues la fuente de origen se queda adherida, lo que profundiza más la quemadura.


Una vez contengas el riesgo de incendio, si es que algo se te prende en fuego, y verificas que ningún otro miembro de la familia se accidente, especialmente los niños, lleva el área afectada bajo el grifo de agua fría para rápidamente reducir la profundidad de la quemadura. Evita usar hielo directamente o agua helada por demasiado rato que cause una quemadura por frío o reduzca el flujo de sangre al área afectada. Si no eres alérgico(a), algún analgésico común como acetaminofén, puede ingerirse en dosis apropiada para reducir el dolor.

Luego de algunas horas, dependiendo de la intensidad de la quemadura, aparecerán ampollas de agua. Aunque algunas ampollas se romperán solas, evita romperlas o peor aún, recortar o remover ese tejido. Al abrirlas aumentas el riesgo de que penetren bacterias del medio ambiente e infecten el área.  Además, esa piel que se ampolló y se despegó, a pesar que al cabo de días se irá muriendo y descamando, protege la base de la quemadura y reduce el dolor de tener una herida más abierta. Para cuando ese tejido se descama normalmente, ya la piel subyacente va recuperando y el proceso es menos traumático y doloroso.

Mantén el área limpia, lavando con delicadeza sin estregar, usando algún jabón suave o simplemente agua. Luego aplica algún emoliente como Aquaphor®, para mantener el área húmeda y proveer un medio ambiente apropiado para la cicatrización. En general, toda herida superficial, incluyendo quemaduras térmicas, sana mejor y más rápido cuando se mantiene cubierta con algún tipo de vendaje que no se adhiera a la herida tales como Telfa®. No uses gasas, especialmente sin lubricante, pues al removerlas lastimas la herida o quemadura y profundizas y retrasas la cicatrización. Evita usar antibióticos tópicos conteniendo neomicina (ej. triple antibiótico), pues muchas personas son alérgicas y se podría agravar la situación.

El uso de antibióticos orales no suele ser necesario en quemaduras superficiales a menos que aparezcan signos de infección como aumento en la hinchazón, incremento en dolor, pus o fiebre.

Tan pronto como sea posible, consulta a tu dermatólogo(a) para que te examine y determine si requerirás algún otro tipo de vendaje especial o alguna limpieza quirúrgica de tejido muerto que pudiera complicar la herida. El especialista podrá, a más largo plazo, ayudarte a lidiar con los cambios de pigmentación y cicatrices tipo queloide, que algunas personas pueden desarrollar luego de quemaduras o trauma a la piel.

¡Disfruta la cocina con seguridad! Para consejos generales sobre cómo evitar accidentes, no sólo en la cocina sino en otras áreas del hogar ve a la siguiente guía, provista por el Centro de Quemados Hearst Burn Center del NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center.


 

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