La psoriasis es una enfermedad inflamatoria y autoinmune que afecta en Puerto Rico a más de una de cada cien personas en algún modo. En los casos más típicos, produce áreas rojizas y escamosas, bien demarcadas y con afectación simétrica en ambos lados. Con frecuencia afecta los codos, rodillas, tronco, cuero cabelludo y a veces las uñas. Sin embargo, cuando la enfermedad nos afecta «allá abajo», la apariencia cambia pues debido a mayor roce, humedad, no se ven casi escamas, sino enrojecimiento.
Aunque ya la psoriasis de por sí puede resultar embarazosa, pues la apariencia escamosa puede llamar la atención y afectar el trato social, la afectación del área anogenital es aún peor pues afecta la vida íntima. Para complicar más la situación, los médicos no especialistas suelen confundir la apariencia con infecciones por hongos. Esto hace que se recomienden medicamentos inadecuados que prolongan todavía más el diagnóstico preciso y la angustia para el paciente.
En ocasiones, la psoriasis inversa puede presentarse de entrada, sin que haya afectación más típica en otras áreas y puede ser necesario hacer una biopsia y cultivos para hongos para poder llegar a un diagnóstico certero. Para conocer más sobre el rol de los dermatólogos en el tratamiento de las afecciones de la piel del área genital accede AQUÍ.
La psoriasis puede además afectar las coyunturas, lo que produce una artritis inflamatoria diferente a la artritis reumatoidea o a la osteoartritis (la cual no es inflamatoria), que nos afecta con los años a casi todos. Conoce más detalles sobre la psoriasis y sobre las condiciones que se asocian a ella accediendo AQUÍ.
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