Para complicar
las cosas, el problema suele ser que a menudo no se diagnostica en forma
temprana pues las lesiones color piel son diminutas y fácilmente se
confunden con granitos o irritaciones por la afeitada. En otros casos,
se pueden confundir con las llamadas verrugas genitales, que son
causadas por un virus distinto llamado VPH.
El
tratamiento predilecto suele ser la criocirugía, que utiliza un gas muy
frío llamado nitrógeno líquido, para congelar ligeramente las lesiones y
así eliminarlas. Aun sin tratamiento, la mayoría de las personas van
desarrollando inmunidad natural y la infección suele desaparecer en o
antes de un año. Naturalmente, la recomendación general nunca debe ser
esperar, pues se pueden seguir extendiendo a otras partes del cuerpo, no sin
mencionar el riesgo de que infectes a tu pareja(s) sexual(es).
Para aprender más de esta frecuente infección viral y su importancia en la edad pediátrica, accede AQUÍ. Si te parece que estás desarrollando dicha infección, consulta con prontitud tu dermatólogo(a).
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