La idea de usar abrasivos o exfoliantes (scrubs) para mejorar la limpieza facial, ayudar el acné, suavizar arrugas y hasta quitar tatuajes no es nada nuevo. A través de la historia, los dermatólogos han usado decenas de métodos diversos pero exitosos para lograrlo. En cuando a productos comerciales, no todos son similares. Algunos ingredientes, de hecho, pudieran ser peligrosos al medio ambiente y a nuestra salud.
Antiguamente se usaba sal para frotar la piel y causar una abrasión que podía ser suave o más profunda dependiendo de la intensidad del frote. Se han usado además substancias como el azúcar, el ácido salicílico como suavizador en concentraciones bajas y hasta como callicida, en concentraciones más altas.
Además, el uso de retinoides tópicos (Retin A® entre muchos otros) pueden crear una cierta exfoliación muy útil para el acné y hasta para suavizar arrugas superficiales.
Los ácidos alfa-hidroxi, derivados de frutas (aunque hoy en día son producidos artificialmente), como el ácido glicólico, son muy útiles para descamar la piel a manera de "peelings". Las máquinas de microdermabrasión, populares desde la década de los '90's, son también excelentes formas de descamar superficialmente la piel y estimular la formación de nuevo colágeno.
Las semillas de albaricoque (apricot) así como café molido y avena se incorporan a veces en productos para exfoliación facial o corporal. Algunos productos de venta sin receta, sin embargo, han estado incluyendo gránulos o microesferas plásticas que no son biodegradables y difíciles de remover o filtrar del agua que se descarta. Aún se desconoce a ciencia cierta su posible toxicidad. Varias compañías ya hacen gestiones para substituirlos y algunos estados de EU consideran legislar para regularlos.
Lean el siguiente artículo de la revista TIME y lleguen a sus propias conclusiones sobre qué deben patrocinar como consumidores responsables.
Los mayoría de los productos y cosméticos que aplicamos a nuestra piel no están de manera alguna exentos de químicos, algunos de los cuales se descubre a veces tardíamente su toxicidad. Es cuestión de mantenerse informados y usar el buen sentido común.
Algunas condiciones como la Rosácea o personas con pieles muy sensibles tienen que tener cuidado con el uso indiscriminado de abrasivos que pueden terminar teniendo un efecto inverso e irritante.
Consulta siempre a tu dermatólogo(a) sobre qué método, si alguno, es recomendable para descamar tu piel o cómo limpiarla y cuidarla de forma apropiada.
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